Una inmersión en la intensa experiencia de un peregrino medieval de paso por San Gimignano cuando los...
Historia
Situado en una antigua ruta a lo largo de la cordillera, probablemente variante de la Via Francigena, de origen etrusco casi seguro, el pueblo ubicado donde antes era el castillo de Colle di Monte, conocido en el siglo X: en el año 929 dC Hugo, rey de Italia, dio el sitio a Adelardo III, obispo de Volterra.
Más tarde perteneció a finales del siglo X al marqués Hugo de la Toscana, que asigna a los accionistas de la Badia Fiorentina y S. Michele Marturi en Poggibonsi. A principios del 1200 la localidad de San Gimignano comprado a Sigerio Lupini, caballero del lugar, los derechos jurisdiccionales de Monti, que en ese momento ya no era un castillo sino una casa simple. Aquí se firmó en julio 1227 una importante alianza entre el pueblo de San Gimignano y Colle val d'Elsa. Desde el 1200 es recordado por la Iglesia de San Bartolomé, con frescos únicos que se remonta a las montañas del periodo oriental, que todavía son visibles hoy en día ; en efecto estudios recientes indican el lugar como probable sitio de Templar. En ese momento Monti era propiedad de los desciendentes de los nobles Cattani, la famosa y potente familia que regentava parte del territorio de San Gimignano.
El sumo sacerdote Paolo Cortesi (1465 Roma - San Gimignano 1510), humanista de gran valor, protonotario secretario apostólico y Breviere del Papa Julio II transformàndolo en el centro de las humanidades, así como su residencia a la que llamó "Castrum Cortesianum", dando un aspecto que recordase las antiguas estructuras fortificadas. En este lugar creó una biblioteca de uso público y una sala superior, donde se le unieron sus estudiantes y muchos estudiosos de la época, entre ellos Paolo y Lorenzo de Médicis, el duque de Ferrara y Urbino, Pico della Mirandola, Angelo Poliziano, Marsilio Ficino, el Cardenal Alessandro Farnese ( Papa Pablo III) y Giuliano della Rovere ( Papa Julio II), y otras personalidades de la elite política y cultural de la época, dando el castro Cortesiano una marcada connotación cultural y las políticas públicas. Aquí también, escribió y había hecho imprimir por el famoso grabador de Siena Simone Nardi, llamado “el rojo”, su valiosa obra "De Cardinalatu" (de la que en la actualidad hay sólo 38 ejemplares en el mundo, uno de los cuales pertenece a la biblioteca de San Gimignano), dedicada Julio II, cuyo objetivo es establecer límites y reglas para el cardenal-Senador, figura típica de los Estados Pontificios entre el '400 y '500. El texto es una de las piedras angulares de la literatura humanista.